EXCURSIONES GUIADAS. CAMINO DE SANTIAGO RONCESVALLES – ZUBIRI
04 de noviembre de 2018
- Venta de entradas: Servicio 012 Infolocal (948 012 012 ó 012)
- Importe: 12,00 euros
CAMINO DE SANTIAGO. RONCESVALLES – ZUBIRI
DÍA: 4 de noviembre de 2018.
TIPO DE RUTA: paseo.
ZONA DE RUTA: pre – Pirineo.
RECORRIDO: de Roncesvalles a Zubiri por el Camino de Santiago.
DIFICULTAD: media.
DISTANCIA: 21´5 km .
DESNIVEL: 458 m subida y 886 m. bajada.
TIEMPO DURACIÓN APROXIMADA: 5 horas (dependiendo del grupo). En Erro puede haber una apoyo para los que no quieran subir el puerto.
HORARIO SALIDA BERIAIN: 7:00 desde la Plaza Larre.
HORARIO APROXIMADO LLEGADA BERIAIN: 15:00 h.
PROCEDIMIENTO DE INSCRIPCIÓN Y PAGO: a través del teléfono 012 desde el jueves 25 hasta el miércoles 31 de octubre.
PRECIO DE LA ACTIVIDAD: 12 €. Incluye el autobús y seguro de accidentes.
La etapa transcurre entre bosques, prados y pueblecitos típicamente del norte que se construyeron para dar servicio a la ruta jacobea. Leyendas de brujas y mitos se suceden en un camino que, durante gran parte de recorrido ofrece un perfil en dientes de sierra antes de la bajada en picado hacia Zubiri. La abundancia de poblaciones permite abastecerse de agua y comida de manera fácil.
DETALLE DEL RECORRIDO
Km 0. Roncesvalles. La ruta no tiene pérdida. Los primeros kilómetros transcurren por un camino que corre en paralelo a la carretera nacional 135. Pronto pasamos dos hitos importantes. El primero es la señal de tráfico que indica que estamos a 790 kilómetros de Santiago de Compostela. Aquí uno toma conciencia del reto que recién se inicia. Unos metros más adelante (en la orilla izquierda de la carretera) se levanta el Crucero de los Peregrinos al que la tradición, de forma errónea, identifica como monumento funerario en honor al caballero franco Roldán. En realidad es un crucero gótico trasladado aquí hace menos de un siglo. La presencia de estas cruces es una constante a lo largo de todo el camino. El Camino atraviesa el Bosque de Sorgintaritzaga, conocido también como ‘Robledal de las brujas’. El topónimo hace referencia al proceso judicial emprendido por la Inquisición en 1575 que acabó con la condena de cinco vecinos de Burguete. La senda sigue por el bosque hasta que llegamos a un pequeño complejo de naves industriales. Aquí salimos otra vez a la carretera.
Km 2,7. Burguete. La ruta continúa por la N 135 hasta el pueblo de Burguete, un pequeño caserío típicamente vasco que se construyó en la Edad Media para ofrecer servicios al Monasterio de Roncesvalles y a los peregrinos. El Camino atraviesa el casco urbano por la Calle San Nicolás hasta que gira a la derecha buscando el Río Urrobi, que salvamos gracias a un puente de madera. La ruta se aleja durante un buen rato del asfalto y atraviesa enormes prados y pequeños bosquecillos. Si miras hacia atrás podrás ver impresionantes vistas de los Pirineos. Después de varios kilómetros de suaves subidas y bajadas el camino desciende hacia Espinal.
Un puente de madera salva el Río Urrobi a la salida de la localidad de Burguete, en el Camino de Santiago.
Km 6,5. Espinal. Se repiten las imágenes de casitas blancas con grandes dinteles de piedra y tejados rojos. La ruta se va alejando de Los Pirineos picando hacia arriba. Llega la primera dificultad de la jornada aunque después de la heroicidad de Saint Jean a Pied du Port, la subida al alto de Mezkirit (920 metros) es un paseo. Poco antes de coronar el puerto cruzamos la N 135 junto a una estela que representa a la Virgen de Roncesvalles. Atentos a este cruce. Es fácil equivocarse, por lo que hay que seguir las omnipresentes flechas amarillas. El camino sigue entre hayedos y robledales y vuelve a ir cuesta abajo hasta el pueblo de Bizkarreta. Ideal para tomar un tentempié de media mañana.
Km 11,5. Bizkarreta. Atravesamos el pueblo en apenas unos minutos. Los apenas dos kilómetros que median hasta Lintzoain (13,2 kms) transcurren en paralelo a la N-135. Es una de las pocas concesiones al asfalto de la jornada, ya que basta dejar atrás las últimas casas de este último caserío para volver a adentrarse entre árboles en busca del Alto de Erro (800 metros). Es la parte más dura de la jornada, pero no requiere de demasiado esfuerzo. El camino transcurre entre bosques por una pista forestal bastante cómoda. El Camino se vuelve a encontrar con la carretera nacional justo antes de iniciar el descenso hacia Zubiri.
Un ligero descenso nos conduce al pueblo de Bizkarreta, un ligero descanso antes de afrontar el alto de Erro.
Km 17,8. Alto de Erro. Cruzamos la carretera nacional y subimos un pequeño repecho hasta la Venta del Puerto. A partir de aquí, el camino se ‘desploma’ buscando el valle del río Arga y el pueblo de Zubiri. Ojo con esta parte de la etapa. Hay que tomársela con calma. Hay tramos de la pista con muchas piedras sueltas y hay que evitar dejarse tentar por los atajos. Llegamos al pueblo pocos metros antes del Puente de Zubiri, de origen medieval. Fin de la Etapa.
QUÉ HAY QUE VER
Burguete es uno de los mejores ejemplos de urbanismo de alta montaña de Navarra. Los tejados a dos aguas con grandes inclinaciones son una de las señas de identidad del pueblo que fue fundado en el año 1100 por orden del rey Sancho VII como burgo de servicio del Hospital de Roncesvalles. El edificio más importante del pueblo es la Iglesia de San Nicolás de Bari, una de las joyas del renacimiento en tierras navarras. En Espinal merece la pena desandar algunos centenares de metros por la N 135 hasta el cementerio para ver las famosas estelas medievales, antiguas lápidas funerarias vascas que fueron descubiertas tras unas obras en la iglesia del pueblo.
Puente medieval de Zubiri, punto final de la segunda etapa del Camino Francés.
La etapa culmina en Zubiri, ‘capital’ del Valle de Esteribar y vinculada desde su fundación con el fenómeno jacobeo. El pueblo aún conserva parte de su estructura urbana original y alguna de sus casas se remonta al siglo XVIII, pero su monumento estrella es el ‘Puente de la Rabia’, un puente gótico del siglo XII que, según la tradición, tenía la capacidad milagrosa de curar a los animales afectados por esta enfermedad. Es el único vestigio medieval de la localidad, que quedó prácticamente destruida durante las guerras carlistas.